En el ámbito del comercio marítimo y traslado de mercancías, es común que algunas personas confundan el concepto de transporte fluvial, transporte lacustre y transporte marítimo y que, incluso, se refieren a todos ellos como sinónimos, asumiendo equivocadamente que son términos similares.
Sin embargo, es importante conocer las diferencias de los distintos tipos de transportes fluviales para precisar las características de cada uno de ellos, sus alcances, limitaciones y desafíos.
Lo primero que debemos saber es que el transporte fluvial se refiere a todo aquel que se ejecuta a través de cualquier tipo de superficie acuática: ríos, lagos, mares, océanos y aguas continentales y para lo cual se emplean embarcaciones adaptadas para tales fines, como barcos, transbordadores,buques, canoas y botes.
Dentro de este concepto, se incluye el de transporte lacustre, que consiste en la movilización de contenedores, paquetes o personas entre áreas lacustres (en un lago, sus riberas u orillas) y que se emplea muy comúnmente para trasladar petróleo, minerales, productos agrícolas, maquinaria y personas, según las distancias específicas.
Por su parte, el transporte marítimo, como su nombre lo sugiere, se refiere exclusivamente a aquel que se desplaza por mares y océanos, y es el más empleado en el comercio internacional.
Es importante resaltar que, debido a las diferencias de profundidades entre ríos, lagos, mares y océanos, el tipo de embarcación que se utiliza tanto para transporte marítimo como para el transporte fluvial o transporte lacustre suele ser diferente, en lo que respecta a dimensiones, alcance, velocidad y capacidades.
Transporte lacustre: Características
El transporte lacustre implica la navegación de embarcaciones, casi siempre pequeñas y ligeras, a través de lagos o canales. Estas embarcaciones son capaces de movilizar tanto carga como pasajeros entre puertos que se ubican en las riberas de los lagos. El término transporte lacustre deriva del latín lacus, que significa lago, lo que nos da de entrada luces sobre el cuerpo de agua que se usa como canal en este tipo de navegación. Se cree que surgió en la India, específicamente en el lago de Cachemira.
El transporte lacustre, por lo general, se realiza bajo la modalidad de “cabotaje”. Esto significa que el recorrido no es muy largo, sino que se limita a bordear distintos puertos en un mismo país, o atravesar lagos y lagunas dentro de un territorio específico.
No obstante, también puede ser un tipo de transporte de carácter internacional, si las zonas lacustres de navegabilidad se encuentran entre dos o más países, como ocurre en regiones de Europa y en zonas como Perú y Bolivia.
Para el transporte lacustre se utilizan embarcaciones del tipo lanchas y transbordadores. Se puede trasladar en ellas tanto bienes o mercancías como personas, aprovechando la existencia y condiciones de navegabilidad de lagos o lagunas.
¿Cuáles son sus ventajas?
Este tipo de transporte fluvial tiene como principal ventaja el aspecto económico. Y es que, al compararse con los transportes marítimos, en el transporte lacustre el mantenimiento de las embarcaciones es mucho menos costoso. Asimismo, amerita un más bajo nivel de consumo de combustible, lo que hace que reduzca el daño o huella ambiental respecto a otros tipos de transporte fluvial.
Zonas lacustres importantes del mundo, como Finlandia, Suecia y Suiza, así como otros de Europa Central y Rusia, explotan esta modalidad de transporte desde la perspectiva turística.
De esta forma, se organizan recorridos y viajes de varios días para disfrutar de los paisajes y ambientes que rodean los lagos, lo que genera un importante ingreso económico para esas naciones.
También, es notable el empleo del transporte lacustre comercial en ciudades de Francia, así como su uso como complementario al empleo de autobuses o tranvías, lo que facilita la vida cotidiana de habitantes en muchos territorios europeos y ciudades en Estados Unidos.
En Panamá, por ejemplo, tienen gran atractivo turístico los recorridos por el Lago Gatún, ubicado al sur de Colón y que forma una parte de 33 kilómetros del imponente Canal de Panamá por donde transitan varios barcos.
Además de ser un canal de comunicación, este lago artificial fue construido para almacenar agua de las lluvias y facilitar la operación de las esclusas del canal, así como para abastecer del necesario líquido a unas dos millones de personas.
Al conformarse este lago, lo que antes era un valle boscoso se convirtió en pequeñas islas que hoy en día son santuarios de protección para especies animales y vegetales.
Los desafíos del transporte lacustre
Por sus propias características, son varios los desafíos que representa implementar masivamente el transporte lacustre. En un mundo globalizado, en donde el tiempo parece ser variable más valiosa, pero que también reflexiona a menudo sobre cómo disminuir el calentamiento del planeta, este modo de transporte se enfrenta a varios retos y limitaciones, algunos de los cuales enumeramos:
- Es un medio de transporte limitado, porque es restringida la cantidad y tamaño de lagos navegables que hay en el mundo.
- Es un tipo de transporte considerado tradicionalmente como lento y poco empleado en el ámbito del comercio internacional.
- Su red se enfrenta a la obsolescencia y a la falta de interconexiones con otros modos de transporte fluvial.
- Aunque ya supone una disminución de su huella ambiental respecto al transporte tradicional por carretera, o a otros tipos de transporte fluviales, el lacustre enfrenta otro gran desafío: hacerse aún más limpio. Por lo general, las embarcaciones que prestan este tipo de servicios son antiguas, y en virtud de esto, se requiere que se diseñen nuevos motores o sistemas de escape más eficaces para reducir la emisión de dióxido de carbono al ambiente.
- El transporte lacustre debe avanzar y posicionarse como una modalidad con “etiqueta verde”, en vista de que es una tendencia mundial que los consumidores paguen más por productos y servicios más eficientes y responsables con el medio ambiente.
Transporte marítimo en Panamá
Panamá cuenta con una posición estratégica que une los océanos para facilitar la conexión entre continentes, así como con una valiosa red portuaria nacional. Diariamente, se transportan toneladas de mercancías que generan grandes inversiones tanto extranjeras como nacionales.
El país se considera como el eje del comercio internacional y líder de conectividad mundial: más del 5% del comercio mundial pasa por sus aguas y el movimiento de carga crece cada año a través de sus 45 puertos y muelles. Aproximadamente, 14.000 buques transitan por el Canal de Panamá anualmente, lo que sugiere la magnitud de su dinámica comercial.
La potente industria logística en Panamá permite que la inversión en transporte marítimo sea segura, una característica que es avalada por las principales compañías de calificación de riesgo de todo el mundo.
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